Primera postura Congresual: el Marxismo-Leninismo-Maoísmo.

Capítulo ideológico – Documentos III Congreso PRT

La primera postura congresual que publicamos es la referente a la ideología. En este congreso, nos hemos declarado marxistas-leninistas-maoístas, entendiendo el maoísmo como tercera etapa de la ideología del proletariado. Para nosotros, la ideología es una cuestión fundamental ya que se trata  una herramienta para llevar a la clase obrera al poder, que determina la línea política, la estrategia y la táctica.

La lucha de clases es el motor de la historia. El ser humano, con su capacidad para producir sus medios de vida de manera consciente y organizada socialmente, se distingue del resto de animales. Las primeras sociedades humanas, al desatar la producción organizada, también crean y van profundizando la división del trabajo. Sobre esta división del trabajo nacen las clases sociales, y aquellas clases en control de los medios de producción afirman su dominio sobre aquellas que deben trabajar utilizando esos medios para garantizarse la subsistencia.

La contradicción entre estas clases sociales empuja el desarrollo posterior de las fuerzas productivas. Las clases dominantes luchan por mantener su posición y exprimir con más intensidad a las clases dominadas; éstas, por el contrario, luchan por mejorar sus condiciones de vida, por liberarse y, en algunos casos, por convertirse en las nuevas clases dominantes. Para mantener la opresión de una clase sobre otra, nace el Estado. Este aparato permite a la clase dominante seguir administrando un orden social concreto, ofreciendo las herramientas necesarias para reprimir, de forma organizada, a las clases dominadas.

De la experiencia colectiva de cada clase en la lucha de clases, la lucha por el desarrollo de la producción y la lucha por el progreso científico, nacen las ideas, que se van desarrollando progresivamente en contraste con la práctica social de dichas clases. Así, se forman las ideologías, los sistemas organizados de ideas con las que cada clase interpreta el mundo desde sus intereses. La ideología es, como toda manifestación de la consciencia humana, determinada por el estadio histórico alcanzado, por el grado de desarrollo de las fuerzas productivas en un momento histórico determinado. A lo largo de la historia, las clases se han valido de interpretaciones místicas, religiosas, metafísicas… Para expresar sus intereses.

En el caso de la burguesía, las ideas republicanas, democráticas e ilustradas, que idealizaban los aspectos progresistas del capitalismo frente al feudalismo y ocultaban su naturaleza también explotadora son un caso bien conocido; como lo son las ideas teocráticas y conservadoras de la aristocracia feudal.

Aunque la burguesía ha promocionado el progreso científico y técnico, lo ha hecho en la medida en que conviene al crecimiento de sus ganancias, y ha manchado y tullido su supuesta visión científica de la sociedad con metafísica e idealismo para justificar su dominio social.

Las clases dominadas trabajadoras antes del proletariado, como los esclavos y los siervos feudales, no estaban en condiciones de tomar el poder y desarrollar un sistema social capaz de sobrevivir y superar al esclavismo o el feudalismo, de manera que su ideología se movía dentro de los márgenes fijados por la ideología dominante, y servía para luchar por sus intereses contra las formas más extremas de explotación, o para servir de fuerza social útil a las clases revolucionarias que sí podían tomar el poder. En este sentido podemos entender por qué los campesinos feudales que se rebelaban contra sus señores a menudo se encomendaban a la Corona, esperando que el monarca cumpliera su supuesto papel social de árbitro frente a las injusticias.

El proletariado es la primera clase trabajadora capaz de tomar el poder, motivo por el cual es la última clase social de la Historia, en tanto que su toma del poder y el desarrollo de un sistema social acorde a sus intereses de clase, el comunismo, solo es posible con la demolición más profunda de toda explotación, con la liberación de todos los oprimidos.

La burguesía, en su lucha por exprimir a la clase obrera, la ha obligado a instruirse, la ha entrenado en el uso de toda su maquinaria, se ha convertido en dependiente de ella para todas las actividades productivas. Al proletariado se le ha forzado a desprenderse de toda fe en un poder superior, en toda confianza en ideales abstractos de justicia y democracia, se le ha obligado a tener una visión que, ya desde su base, es intuitivamente científica.

De esta manera, por primera vez en la Historia, una clase trabajadora, el proletariado, ha podido desarrollar su ideología propia, revolucionaria, para la toma del poder; y esta ideología es una ideología científica.

La ideología del proletariado, revolucionaria y científica, es hoy el Marxismo-Leninismo-Maoísmo, siendo el Maoísmo su etapa más reciente, la tercera y más elevada.

El conocimiento humano va de la práctica a la teoría, y de vuelta a la práctica. Principalmente, la teoría del proletariado se concreta en la práctica revolucionaria de la lucha de clases. Como todo fenómeno, la ideología también avanza combinando periodos de desarrollo gradual con grandes saltos, en la medida en que el desarrollo de la ideología se muestra insuficiente para responder a los problemas que plantea la práctica.

Igual que la experiencia directa no se reparte por igual en la experimentación académica o en la producción, tampoco lo hace en la lucha de clases, laboratorio de la teoría proletaria. Del total del pueblo, una parte relativamente más pequeña ha actuado históricamente como organizadora y movilizadora del resto, recogiendo las experiencias más agudas. De esta minoría relativa, un puñado de dirigentes en distintos países y momentos de la historia ha sido capaz de identificar los patrones en común en esta experiencia e ir dilucidando las leyes que regían la lucha de clases, enriqueciendo nuestra teoría. En los casos en los que esta experiencia era la dirección de la forma más alta de la lucha de clases, la revolución, sus líderes más destacados han podido plantear saltos cualitativos, a modo de hipótesis que se confirmaba con los resultados de la lucha revolucionaria.

Es por eso que identificamos tres etapas en la ideología del proletariado: el Marxismo, con Marx como dirigente y Engels como sintetizador, con la experiencia de las primeras luchas revolucionarias de la clase obrera (destacando la Comuna de París), en el capitalismo pre-monopolista y con revoluciones democráticoburguesas aún en curso; el Leninismo, con Lenin como dirigente y Stalin como sintetizador, con la experiencia de la primera revolución proletaria triunfante y la primera Dictadura del Proletariado que empezó a construir el socialismo, en el capitalismo imperialista recién nacido, que ponía fin a la era de las revoluciones democrático-burguesas y ponía al proletariado como único jefe de las revoluciones subsiguientes; el Maoísmo, con Mao como dirigente y Gonzalo como sintetizador, con la experiencia de la revolución China de NuevaDemocracia en un país semicolonial y semifeudal, la construcción socialista China, el auge del revisionismo soviético y la restauración del capitalismo en la URSS por parte de Jruschov, la lucha de clases bajo el socialismo en China y la Revolución Cultural como su máximo exponente, en un capitalismo imperialista ya maduro tras dos Guerras Mundiales y la experiencia que le confiere hacer frente a los países socialistas.

En todas estas etapas, siendo una ideología revolucionaria, la cuestión central, fundamental, principal del Marxismo-Leninismo-Maoísmo es la del poder: la preparación de la toma del poder, la ejecución y extensión del poder obrero (en países imperialistas) y poder popular dirigido por el proletariado (en países dominados), la defensa de la vía socialista una vez tomado el poder.

Sin el poder como centro, el materialismo dialéctico se reduce a un método de análisis burgués, el Partido de vanguardia se convierte en un centro de coordinación de activistas reformistas, la línea de masas se convierte en seguidismo reformista a la espontaneidad de las masas en el marco capitalista.

En el presente documento para entender cada una de estas etapas en su contenido, y entender por qué se consideran etapas, las abordaremos desde el punto de vista de las 3 partes integrantes de la ideología del proletariado tal y como las definiera Lenin: filosofía, economía política y socialismo científico, centrándonos en sus aspectos principales.